Ninfeas
Claude Monet, 1916-1919
En 1890
Monet se retiró a Giverny. Allí se dedicó al estudio de la naturaleza creando
un hermoso jardín. Éste va a ser el
protagonista de dos grandes series de cuadros, una primera en el que se centra
en un puente japonés que mandó construir, y otra segunda donde los
protagonistas serán el agua, las ninfeas y los nenúfares. En su técnica destaca la fuerza de la paleta
con pinceladas cargadas de materia en las que el objeto llega a perderse. Su obra ha pasado a la historia por ser el
gran transformador de la naturaleza en
arte.
Coquelicots, 1873
Claude Monet
Óleo sobre lienzo
Musée d'Orsay
En 1871 Monet se instala junto a su familia en Argenteuil. Los cuadros de esta época reflejan la luz y el color de esta zona. Los campos de amapola es una de las obras más conocidas del artista. En primer plano representa a su mujer Camille y a su hijo Jean en lo que sería un paseo por el campo. Tres colores predominan: el azul del cielo, el verde del campo y el rojo de las amapolas.
Claude Monet
Óleo sobre lienzo
Musée d'Orsay
En 1871 Monet se instala junto a su familia en Argenteuil. Los cuadros de esta época reflejan la luz y el color de esta zona. Los campos de amapola es una de las obras más conocidas del artista. En primer plano representa a su mujer Camille y a su hijo Jean en lo que sería un paseo por el campo. Tres colores predominan: el azul del cielo, el verde del campo y el rojo de las amapolas.
Nenúfares
Claude Monet, 1914
Óleo sobre lienzo, 200 x 200 cm
Museo Nacional de arte Occidental de Tokio
Monet pasó sus últimos años retirados en su casa de Giverny. Allí se construyó un estanque donde cultivó nenúfares. Su disposición, el reflejo de los árboles en el agua y el color van a ser las preocupaciones del artista. Los pinta a distintas horas del día captando la luz y el color.
Lirios
Claude Monet
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