Almendro en flor
Vincent Van Gogh, 1890
Óleo sobre lienzo, 73,5
x 92 cm.
Museo Nacional Van Gogh
Tras
recibir la noticia de que había sido tio Vincent dedica una obra a su
sobrino, al que le habían llamado como el. La pintó con paciencia
y calma, y con más seguridad. Las flores
abriéndose simbolizan la nueva vida.
“Unas gruesas ramas de almendro blanco sobre un fondo de cielo azul”.
“Esta mañana he
contemplado el pueblo desde mi ventana antes del amanecer, sólo con la estrella
de la mañana”
Noche estrellada
Vincent Van Gogh, 1889
Óleo sobre lienzo, 73,7
x 92,1 cm.
Museo de Arte Moderno de
Nueva York
Este cuadro lo realizó
Van Gogh durante su estancia en la clínica de Saint-Rémy. No fue pintado al aire libre, sino desde su
habitación. Representa una expresión
interna y subjetiva de la relación de Van Gogh con la naturaleza. El pueblo,
inventado en parte, aparece con trazos rectos y breves contrastando con las
curvas del cielo que dotan al cuadro de un gran dinamismo. Ambas partes están unidas por un ciprés que
asciende como llamaradas.
“Sueño con decorar mi
taller con media docena de telas de girasoles”
Los Girasoles (Zonnebloemen)
Vincent Van Gogh, 1888
Óleo sobre lienzo, 93 x
72 cm.
Neve Pinakothek, Munich,
Alemania.
Los girasoles son una
serie de cuadros que realizó Van Gogh durante su estancia en la Maison Jaune en
Arlés. La reproducción muestra un jarrón
con doce girasoles. Para Van Gogh “el
amarillo es la encarnación de la extrema claridad del amor”. “Los
amarillos de cromo puro o atenuado flamean sobre fondos diferentes”. Los girasoles debían decorar pequeñas
habitaciones y producir el mismo efecto que los vitrales de una iglesia
gótica.
Terraza de café por la noche, Place du Forum, Arlés.
Vincent van Gogh, 1888
Óleo sobre lienzo, 81 x
65,5 cm
En 1888 Van Gogh se
traslada a Arlés. Allí se instala en un
café y alquila varias habitaciones de la famosa casa amarilla. Su objetivo era crear una comunidad de
artistas en esta ciudad. Desea plasmar
la luz de la Provenza en sus obras. En
este paisaje nocturno mezcla sus dos colores favoritos, el amarillo y el
azul. Los protagonistas de sus obras son
los elementos más cercanos.
Vincent van Gogh, 1888
Óleo sobre lienzo, 72,5 x 95 cm
Museo de Orsay
Con esta pieza cierro el ciclo que van Gogh dedicó a paisajes nocturnos. Vuelve a manifestar su gusto por el color amarillo,tan característico de su obra, para dar vida a las estrellas que inundan el cielo y para las luces de gas de la ciudad, que se reflejan en el agua. Lo acompaña el azul de Prusia y el de cobalto que utiliza con un estilo espontáneo y lleno de vida. Cielo y agua son los protagonistas, utilizando de invitados las casas de la ciudad, los barcos del río y una pareja de enamorados.
Lirios
Vincent van Gogh, 1890
Óleo sobre lienzo
Metropolitan Museum, Nueva York
Van Gogh describió esta obra como "suave y armoniosa". La clave de la atracción de esta pieza está en el color, un tono rosáceo de fondo que contrasta pefectamente con los violetas y verdes de los lirios. Al color se une la vitalidad, los lirios se arremolinan en un jarrón en el que apenas caben, de tal forma que parece que cobran vida. Esto es frecuente en la obra de van Gogh, la fuerza de la pincelada y su color vibrante. La calma que parece transmitir contrasta con el estado del pintor ya que lo pintó dos meses antes de su muerte
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